Un día muy señalado para el Patronato, era la festividad de la Virgen de los Desamparados y con tal motivo se celebraban cada año unos actos musicales en el Conservatorio de Valencia en los que actuaba su Rondalla, dirigida por D. Miguel Jesús.
En el mes de Mayo de 1954, tuvo lugar uno de esos actos musicales en los que Rosita actuó como solista de la Rondalla y después, ella sola. El mencionado acto estaba presidido en esa ocasión entre otras personas por D. Manuel Palau Boix, director del Conservatorio y el Doctor Marcelino Olaechea, arzobispo de Valencia.
Después de su actuación, el gran compositor valenciano, D. Manuel Palau, se acerca a saludarla y felicitarla pues no había escuchado antes a una joven con tantas aptitudes para la guitarra, extrañándose de que no saliera fuera de Valencia y se diera a conocer a un público más extenso. Tan honda fue la impresión que se llevó el compositor de la joven guitarrista, que al día siguiente recibió en su casa una selección de obras para guitarra de D. Manuel Palau con una dedicatoria.
Transcurridos tres meses de estar en el Patronato realizando sus estudios, es sancionada por considerarse que no es hija de un obrero, ya que su padre tiene un taller con operarios a su cargo (4 ó 5) y se le manda a otro centro situado en la calle Colón, donde tiene que comenzar de nuevo, y lo que en un principio era un periodo de seis meses, se convierten en nueve.
No es considerada como de la clase obrera según los directivos del Patronato a pesar de pertenecer a una familia humilde. En los exámenes obtiene sobresaliente.
En el año 1955-56, Pepita Roca es llamada por D. Manuel Palau a ocupar la plaza de profesora de guitarra en el Conservatorio de Valencia, pues el hasta ahora profesor, D. Rafael Balaguer deja la cátedra.
En Agosto de 1956 se le diagnostica a Pepita Roca una grave enfermedad y se traslada a Barcelona para una intervención quirúrgica, dejando como sustituta de sus clases particulares de su casa a María Rosa, un elevado número de alumnos de ambos sexos, pertenecientes en su gran mayoría a familias adineradas valencianas.
Pepita Roca fallece en Barcelona el 24 de octubre de 1956, a los 59 años.
Manuel Palau
Los sentimientos y las palabras de Rosa Gil hacia D. Manuel Palau están llenos de agradecimiento por todo el apoyo que le ofreció a lo largo de toda su vida.
En 1954, Manuel Palau escuchó un concierto de Rosa Gil en el Conservatorio y quedó tan impresionado que al día siguiente le envió unas partituras a su casa.
Cuando tuvo lugar la triste pérdida de Pepita Roca, Manuel Palau pensó en la joven Rosita para que ocupara el puesto que quedó vacante en el conservatorio. Personal y reiteradamente ruega que acepte el puesto, al mismo tiempo que eleva a la superioridad del M.E.C. la propuesta de crear una plaza de profesor interino de guitarra (en aquellos momentos es un nombramiento sin retribución y gratuito), hasta que se convocaran oposiciones de cátedra. María Rosa acepta complacida esta petición y desde ese momento la docencia y la guitarra se convierten en el eje principal de su vida.
En 1957, Manuel Palau solicita a María Rosa para que estrene en Valencia el concierto para guitarra: «El Tártaro y los Dos Soldados«. El estreno es en el Ateneo Mercantil de Valencia, dirige la orquesta sinfónica D. Ramón Corell.
En 1959, Manuel Palau insta a Rosa a que salga de Valencia a recibir lecciones de otros guitarristas. El propio Palau escribe a Narciso Yepes y le pide que la acepte como alumna. Rosa se desplaza a Madrid y desde ese momento recibirá clases de Narciso Yepes.
En uno de esos viajes, mientras el autocar pasaba por la localidad de Villagordo de Gabriel, debido a la intensa nevada, el autobús tuvo que dejar de viajar y en un bar del pueblo asistió entusiasmada a una conferencia improvisada que pronunció D. Manuel Palau que era uno de esos viajeros que tuvieron que detener su viaje a Madrid, fue una noche realmente encantadora.
En una entrevista para el periódico Las Provincias, Rosa dijo: