1948: e: Alumna del Conservatorio

En el mes de Septiembre, el día 21 de 1948, Rosa Gil Bosque se presentó a los exámenes libres del Conservatorio, donde se examinó de tres cursos de solfeo a la vez, y en Junio de 1949 de tres cursos de guitarra, estando el tribunal formado por los siguientes profesores: Enrique Domínguez (canto), Pedro Sosa (armonía) y Rafael Balaguer (guitarra), obteniendo las máximas calificaciones en las pruebas y la felicitación del tribunal. Esto fue posible por su estudio incesante que se sumó a lo ya aprendido anteriormente y a un trabajo ya realizado.

En el año 1.950 a sus estudios de guitarra, se le suman los estudios de armonía y para ello va a contar con la ayuda inestimable de un joven familiar, el hoy día reconocido y gran compositor Antón García Abril, que habiendo decidido abandonar Teruel, su ciudad natal, donde el mundo musical se le queda estrecho, y trasladarse a Valencia donde puede continuar sus estudios de música y ampliar sus conocimientos musicales, vive en casa de sus tíos, amigos de la familia de Rosa.

También recuerda con gran cariño las clases que recibirá el curso siguiente de D. Francisco José León Tello, catedrático de Historia de la Música y Estética del Conservatorio. Recuerda con emoción todas sus clases como clases magistrales (éste fue su único curso como alumna oficial en el Conservatorio).

Grandes maestros y una gran alumna con una enorme ansia de conocimientos y una incalculable ansia de saber. Se examina del sexto curso de guitarra.

Algo de… Antón García Abril

De él recibió Rosa Gil una ayuda inestimable en sus estudios de Armonía.

Antón García Abril es un compositor y músico español nacido en Teruel (Aragón), el 19 de mayo de 1933. Estuvo en Valencia para completar su formación y así lo comenta:

«Y respecto a mi formación, Valencia fue el primer gran paso al despertar de mi conciencia de músico, primero como pianista y casi simultáneamente como compositor. Porque yo sentí muy pronto esa curiosidad e inquietud por descubrir y experimentar con la música. Sentía verdadera ilusión por jugar con los acordes, por transgredir las normas y no seguir las pautas, a la vez que me sentía admirado y con profundo interés por estudiar a los grandes de la historia de la música, en general, y de la española, en particular.»

Extraído de la Entrevista realizada por Esther Sestelo »