1946: a: Crece su interés

La Sociedad Coral El Micalet, era una entidad privada y por lo tanto aunque al finalizar el curso escolar, se realizaban unos exámenes formados por un tribunal de profEl interés hacia la guitarra fue creciendo rápidamente en Rosita y por un constante estudio que se adicionaba a su gran facilidad para el aprendizaje del instrumento, en poco tiempo fue adquiriendo un cierto dominio expresivo y técnico que le hizo sobresalir del resto de sus condiscípulos y actuar durante varios años seguidos en las audiciones de alumnos que se realizaban en las fiestas de fin de curso, siendo estas actuaciones, sus primeros recitales y sus primeros aplausos.

La Sociedad Coral El Micalet, era una entidad privada y por lo tanto aunque al finalizar el curso escolar, se realizaban unos exámenes formados por un tribunal de profesores de la sociedad, que evaluaban los progresos de cada alumno, verificando los conocimientos alcanzados, los certificados que entregaban no tenían la validez de los estudios oficiales de música que únicamente se otorgaban  en el Conservatorio Profesional de Música. En todos ellos Rosita recibía la felicitación de los miembros del tribunal con verdaderos elogios, así como de sus propios profesores de solfeo Dª. Vicenta Fuster, D. Manuel Benlloch y su profesor de guitarra D. Francisco Nácher.

Antes de que finalizara el curso 1947-48, su profesor, D. Francisco Nácher Tatay, deja la enseñanza de guitarra en «El Micalet«, pero antes de ello le dice a Rosita que no tiene que tener ningún temor en los próximos exámenes puesto que su preparación es tan buena que le augura una brillante calificación. No sucede como el profesor había previsto, y al realizar su examen de guitarra es calificada por debajo de lo predicho.

Tanto la ausencia de su profesor como el resultado del examen le duelen tanto a la joven, está tan dolida de todo lo sucedido, que decide no volver a estudiar más en la Sociedad Coral El Micalet.

Tal vez este suceso hubiera acabado con la trayectoria guitarrística de Rosita, pero el destino quiso que esto no fue así, y ese mismo verano, un encuentro casual cambió sus futuras perspectivas de la guitarra.