Después de algunos años de este anterior acontecimiento, un día llega el padre a casa con una noticia, se ha hecho socio de la Sociedad Coral El Micalet, Instituto Musical Giner, un centro cultural y recreativo de gran renombre en la sociedad popular valenciana, que oferta a sus socios un gran número de actividades de toda índole, entre todas ellas la que más alegra a Rosita es que los hijos de los socios pueden recibir gratuitamente clases de música. Por fin Rosita, va a tener la oportunidad de aprender música, aunque no será con un piano como ella soñara.
Rosita quiere estudiar música y sencillamente cambia su querido y soñado piano, por la frágil y delicada guitarra, sobre todo por que su padre, sí que accede a comprar este instrumento ya que lo considera menos ostentoso y más adecuado con su entorno familiar.
Su primera guitarra la comprará su padre en la casa del Luthier Agustín Gaspar, ubicada en la calle Alta de Valencia, y con un precio de quinientas pesetas, elevado precio si consideramos que estamos hablando del año 1944.
Y será así, de una forma accidental, casi debida al azar o más bien a las circunstancias como Rosita cogerá una guitarra en sus manos por primera vez. Elección que hoy día le parece casi milagrosa, pues entre ambas se produjo una perfecta simbiosis e identificación total.
La foto corresponde a una excursión de El Micalet para jugar un partido de futbol. Hay entre ellos, estudiantes de canto, de guitarra, de teatro… La niña al lado de Rosa es Lola Cardona, hija de José Cardona director del cuadro del Micalet, gran actriz de teatro y cine, también trabajó en Átame de Almodovar. El joven es José Marín, cantante y actor.
Salvador Giner i Vidal
Valencia (1832–1911). Compositor y profesor de música.
El 11 de agosto de 1893 va a fundar la sociedad Coral El Micalet, y más tarde el Instituto musical que hoy día lleva el nombre de Instituto Musical Salvador Giner.
Durante todos los domingos del año se realizaban representaciones de diversos géneros y estilos, como eran zarzuelas, conciertos, comedias y dramas, a los que podían asistir los socios tras el pago de unos abonos anuales y era generalmente Rosita la que acompañaba a su madre a todos esos actos.
En los meses estivales y en Navidad, además de estas fantásticas actividades, se realizaban en el patio del palacio bailes populares y verbenas para los socios. Ésta era una época en que la Sociedad estaba formada por un inmenso número de personas, y en cierta manera en esas reuniones, se podía ver reunida gran parte de la sociedad valenciana.